En su despedida se oyeron los cantos de las aves y el suave sonido de las ramas de los árboles meciéndose al compás de la brisa que acercaba las nubes grisáceas, nubes que anunciaban la noche.
De un azul pálido a un gris oscuro pasó el cielo, en un cambio nada brusco, sino más bien estratégicamente lentificado, como si quisiese permanecer el día por más horas, como si no quisiera que nadie perdiese un detalle de tan magnífico espectáculo, despacio...
Y superado ese proceso cambiante de celestial metamorfosis, se me iluminaron cuerpo y alma, con la pura luz reflejada en la Luna e irradiada por las estrellas.
La Luna triste, pues menguaba, y veía ya cercana la noche en que sería nueva, las estrellas la acompañaban en su sentir, ya que llegada esa noche se verían privadas de su presencia.
Y permanecí a la espera, quieta, con todos mis sentidos expectantes, y llegó ese momento en que mis ojos vislumbraron tan magnífico evento, la fugaz luz que atraviesa el cielo, estela que asocio con el pasar de un renacido fénix hacia otros cielos lejanos.
Y tan fugaces como ésta llegan a mí una avalancha de recuerdos, atraídos y evocados por el negro profundo del cielo, por el infinito conjunto de estrellas, por la gran esfera blanca y por esa sensación inexplicable en la piel, mezcla de viento frío y ese estremecimiento que a menudo se percibe en la soledad de la noche.
De un azul pálido a un gris oscuro pasó el cielo, en un cambio nada brusco, sino más bien estratégicamente lentificado, como si quisiese permanecer el día por más horas, como si no quisiera que nadie perdiese un detalle de tan magnífico espectáculo, despacio...
Y superado ese proceso cambiante de celestial metamorfosis, se me iluminaron cuerpo y alma, con la pura luz reflejada en la Luna e irradiada por las estrellas.
La Luna triste, pues menguaba, y veía ya cercana la noche en que sería nueva, las estrellas la acompañaban en su sentir, ya que llegada esa noche se verían privadas de su presencia.
Y permanecí a la espera, quieta, con todos mis sentidos expectantes, y llegó ese momento en que mis ojos vislumbraron tan magnífico evento, la fugaz luz que atraviesa el cielo, estela que asocio con el pasar de un renacido fénix hacia otros cielos lejanos.
Y tan fugaces como ésta llegan a mí una avalancha de recuerdos, atraídos y evocados por el negro profundo del cielo, por el infinito conjunto de estrellas, por la gran esfera blanca y por esa sensación inexplicable en la piel, mezcla de viento frío y ese estremecimiento que a menudo se percibe en la soledad de la noche.
9 comentarios:
muchas gracias por tus abrazos.
Parece que no es grave, así que bien!pero muchas gracias...
una puesta de sol...se me cortan las palabras. Pocos espectáculos de la naturaleza me atrapan tanto.
Un besazo
Me faltan uñas por saber cómo habrías descrito un amanecer ;)
Saludos!
Qué ganas tengo de ir corriendo a una playa, tumbarme en la arena y ver una puesta de sol, me vas a tener que acompañar Seleka, así contemplamos juntas lo que tú has descrito tan bien :)
Un besazo!!!!
Es curioso, como ver morir el sol, nos llena de vida.
Las puestas de sol son realmente preciosas desde estas cuatro paredes rotas.
Cuando se está verdaderamente triste, son agradables las puestas de sol http://www.franciscorobles.com.ar/libros/principito/pag06.htm
Muy bonita descripción
Un beso
El crepúsculo del día hace que nuestra alma se contagie de melancolía.
Me encantan los ocasos, sobre todo junto al mar.
Un abrazo, bonito texto.
Atrapan muchísimo Leo, la de la foto me atrapó del todo ;)
Bueno Elendaewen, ver un amanecer es más complicado, pero la imaginación todo lo puede ;)
Almainsomne, pendiente queda esa cita con la arena ;)
Reflejos, una puesta de Sol es tan evocadora...a mi me alegra ;)
Gracias Gabi, estoy de acuerdo con tu reflexión, te hace sentir vivo...
Esencia, ya te puse el comentario en tu blog, pero de nuevo gracias por acercarme lo esencial ;)
El silencio como un grito de asombro, ¿no crees Melytta?
Gracias Trini, besos ;)
"como si no quisiera que nadie perdiese un detalle de tan magnífico espectáculo, despacio"...
"la fugaz luz que atraviesa el cielo, estela que asocio con el pasar de un renacido fénix hacia otros cielos lejanos."
"y ese estremecimiento que a menudo se percibe en la soledad de la noche."
Seleka, tu forma de relatar una puesta del sol me recuerda que aún existen personas capaces de conmoverse ante la verdadera belleza.
Un gusto leerte. Y gracias.
Felicidades.
Graias a tí Insanity, un gusto que me leas...
La verdadera belleza, tristemente, es tan fácil de no ver como mirar hacia otro lado, o cerrar los ojos.
Besos
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