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jueves, 13 de julio de 2006

Vals en el metro


"Pensaba que esto del metro solamente agobiaba un poco al principio...esa sensación de separarte del mundo, introducirte en túneles, de techos bajos, de paneles superpuestos una y mil veces, de andenes gastados que reflejan ya el cansancio de tantos pasos arrastrados...
el calor en invierno...el infierno en verano...
Creía que esa sensación de irrealidad, de "despersonalización", de asqueo, de hastío, de apatía, de olvidar por instantes cómo se dibuja una sonrisa, de miradas sin emoción, de sentimientos extraños...de extraños sin educación...
que eso, todo, desaparecía...pero de momento NADA...
aunque a veces, en esos trayectos de transbordos eternos, en esos vagones repintados...puede uno encontrarse ventanas como ésta, a las que asomarse...para ver que a pesar de todo...aún somos y sentimos"

Texto: Elena Martín

Jaime Gil de Biedma (1929-1990)
Vals de aniversario

Nada hay tan dulce como una habitación
para dos, cuando ya no nos queremos demasiado,
fuera de la ciudad, en un hotel tranquilo,
y parejas dudosas y algún niño con ganglios,

si no es esta ligera sensación
de irrealidad. Algo como el verano
en casa de mis padres, hace tiempo,
como viajes en tren por la noche. Te llamo

para decir que no te digo nada
que tú ya no conozcas, o si acaso
para besarte vagamente
los mismos labios.

Has dejado el balcón.
Ha oscurecido el cuarto
mientras que nos miramos tiernamente,
incómodos de no sentir el peso de tres años.

Todo es igual, parece
que no fue ayer. Y este sabor nostálgico,
que los silencios ponen en la boca,
posiblemente induce a equivocarnos
en nuestros sentimientos. Pero no
sin alguna reserva, porque por debajo
algo tira más fuerte y es (para decirlo
quizá de un modo menos inexacto)
difícil recordar que nos queremos,

si no es con cierta imprecisión, y el sábado,
que es hoy, queda tan cerca
de ayer a última hora y de pasado mañana
por la mañana...

23 comentarios:

ideas dijo...

has traido a mi memoria palabras de otros tiempos, de otros labios..."Nada hay tan dulce como una habitación
para dos, cuando ya no nos queremos demasiado, .."

Pablo Rodríguez Burón dijo...

me encantan los trenes. Pero no el metro. Ninguno de los que he conocido se ha salvado de esta mala impresión. Me ahoga.
un abrazo

Noa- dijo...

NO me gusta demasiado el metro, aunque a veces es inevitable tener que utilizarlo.

Saludos

Elendaewen dijo...

Cuando encuentras una melodía en los túneles y ojos cómplices que se van tras la ventanas, sientes nostalgia de lo que no tuviste, y que esperaba en el andén de enfrente.

Saludos

Anónimo dijo...

Hermosa ventana que demuestra que un mundo oscuro y subterraneo, (como en cualqiuer mundo), la música, el arte, la poesía... nos salvan.
Besos, Prima.

Antona dijo...

Es cierto que el "tubo" es infernal,pero en las grandes ciudades imprescindible
salu2

rh dijo...

Me ha parecido que hablas de limbo que a veces hay en la tierra, de esos giros inciertos que nos pega el tiempo de vez en cuando, donde el viento está en calma, en una calma larga donde los pensamientos parecen flotar eternamente y tomar formas diferentes, a veces de dolor a veces de esperanza, a veces de nostalgia,...el tiempo detenido en la línea de sombra...
Me ha recordado a Conrad, no sé porqué...me ha gustado mucho.

Un abrazo Seleka

Insanity dijo...

Siempre es un gusto visitarte, Seleka.
Mis deseos de felicidades para ti.

"a veces, en esos trayectos de transbordos eternos, en esos vagones repintados...puede uno encontrarse ventanas como ésta, a las que asomarse...para ver que a pesar de todo...aún somos y sentimos"

Anónimo dijo...

Siempre es bueno tener bien abiertas las ventanas y renovar el ambiente de la habitación. Precioso blog. Besos.

Alfredito dijo...

Me gustan las estaciones de trenes (las de los metros, no), me recuerdan mi infancia, las galletas con mantequilla y mermelada que me daba mi madre durante el viaje a Galicia, aquellos viajes que duraban 3 noches y dos días (el changai). Sí, las estaciones aún huelen a despedida, y desde las ventanas de los trenes aún se agitan pañuelos de adiós... sí, me gustan las estaciones.
Un abrazo.

alma insomne dijo...

Quizá un tren por debajo del suelo y atravesando túneles no sea la mejor manera de pasar el tiempo, pero siempre que voy en ellos pienso en los pájaros que tengo en la cabeza, y es de las pocas veces que nadie podría decirme que dejase de pensar en las musarañas, eso sin contar la de veces que me he imaginado al vagón entero cantando la canción que en ese momento escucho... Aunque sigo prefiriendo el autobús, es más emocionante ver a toda una calle bailando el I will survive!

Un beso mi B... de nuevo te echo de menos!

Peus te quiso escribir pero su ordenador no le dejaba... así que te mando un besito de su parte!

Elena Martín dijo...

Ideas: sorprende ver cómo las palabras leídas, escuchadas, imaginadas...despiertan sentimientos repentinos, inesperados...sentir y vibrar uno por dentro involuntariamente...dejarse...
Leo: sí que ahogan y más en los días de verano en los que el calor parece no tener límite bajo la superficie. Besos Leo.
Noa: el metro es necesario, totalmente de acuerdo...pero esa sensación de estar cerrado...No. Saludos ;)
Elendaewen: por suerte a veces puede retrocederse una parada, o las que haga falta, y las coincidencias también juegan a veces de nuestra parte, lo importante es estar atento para no dejar pasar nuestro vagón. Un abrazo.
Gabi: hay música (de la mejor, la regalada), y hay poesía...y hay sentimientos positivos que ayudan a dejar de lado la oscuridad. Besos y abrazos
Antona: imprescindible sí, también mejorable...Un beso
Zooey: el tiempo detenido...el tiempo que parece perdido...el tiempo que nos falta. Gracias, me alegra que te haya gustado :)
I: aún somos, y sentimos...y vemos, soñamos, imaginamos...y vamos creando aunque parezcamos simples espectadores. Besos y siempre es un placer recibirte :)
Charlybertario: gracias por la visita. Las ventanas bien abiertas, para que entre lo bueno y pueda salir lo menos bueno...ante todo, que no nos impidan ver y vernos. Saludos.
Alfredito: las estaciones...despedidas, bienvenidas, lágrimas contenidas, mandíbulas bien apretadas, sonrisas repletas de amor, las alegrias, la tristeza...Por suerte hay llegadas y no solamente partidas. Un beso, gracias.
Alma: no seas mentirosilla C...que te he visto yo en babia y no ha sido en ningún medio de transporte...Besos grandes y abrazos de esos que me dejo robar por tí y por Peus.

Anónimo dijo...

Desde pequeño me han dado miedo los metros... cuando he ido a Madrid, a BCN, a Paris o a Praga siempre me he sentido mejor andando por las calles, aunque sea más cansado.

Anónimo dijo...

Lo importante es bailar. Un vlas, una rumba. Bailar. En las nubes o en el metro. Bailar...

Besos muchos

Elena Martín dijo...

Juan Cosaco: andar, pasear...también los autobuses son una buena alternativa...aunque en las grandes ciudades a veces el tiempo impide tomarlas. Besos
Trini: Bailar, cantar, reir...donde sea, cuando sea. Besos Trini

giovanni dijo...

Después de haber leído el primer texto me sentía en un espacio soterráneo, de verdad y de fantasía. Después del segundo texto me siento en un campo vasto de recuerdos y de la vida por delante. Te deseo un verano agradabile e cantabile. Besos

TORO SALVAJE dijo...

La poesía es preciosa.

En cuanto al metro, huyo, lo utilicé mucho tiempo pero ahora prefiero no hacerlo.

Besos.

. dijo...

Las grandes ciudades se conocen más rápido si se viaja en metro. El agobio está en la superficie y por debajo. Las grandes ciudades son como selvas, mucha gente y mucha soledad.
Precioso post.

Un abrazo.

bohemiamar.

இலை Bohemia இலை dijo...

No soy de metro, sólo me monto cuando viajo a otras ciudades, de cualquier forma no me gustan demasiado...

Besos

mixtu dijo...

e não será a vida um eterno túnel...

muitos beijos/molts petons

DINOBAT dijo...

En el Metro se hacen los hombres...

Anónimo dijo...

Besitos y recuerdos, prima ;)
Muchos

Meridiana dijo...

Me encanta tu forma de escribir, ese deje nostálgico. A mí los metros me producen claustrofofia pero, a veces, sólo a veces, también me gusta mirar por la ventana para corroborar que "aún somos y sentimos"