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sábado, 10 de diciembre de 2005

Lo injusto



Tenía los cabellos cortísimos, y negros, como los de un niño, cuerpecillo de dríade que parecía haber sido alimentado únicamente con hojas y flores silvestres. Sonrisa atrevida, abierta, provocadora, desafiante. Sus ojos, como de lagarto, labios rojos que parecían nacidos del fuego y unas manos que acariciaban el viento con la intención de rasgarlo.
Acompañada de otros seres, menos hermosos y desprovistos del misterio que a ella envuelve, llega a un lugar que parece haber sido diseñado y creado por un ser supremo, todo está situado en el lugar correspondido y parece imposible hallar la más mínima imperfección.

Deciden, nuestros duendes de carne y hueso y llenos de sentimientos, sentarse formando un círculo para poder contemplarse los unos a los otros mientras tratan temas que el resto de sus contemporáneos han olvidado o decidido ignorar.
Pasa el tiempo mientras discuten, ríen, callan, observan, pero el tiempo pasa para ellos de una manera vertiginosa pues disfrutan, las preocupaciones son nulas, o casi nulas, y la compañía es la elegida.
Llega la noche y deciden encender un fuego.
Acompañada por un ser, un amigo, va nuestra andrógina ninfa a buscar leña con la que poder hacer fuego, fuego que les iluminará y abrigará en esa estrellada noche.

Estando ambos ya lejos aparecen otros seres distintos a ellos, son seres trastornados, no seres, sin sentimientos y con unas ideas nada claras y sin fundamentos. Altos, robustos, se confunden sus sombras con las de los árboles, sus caras están cubiertas, sus manos agarran con decisión unos artilugios creados sin duda por el diablo y cargados con la ira del hombre.

Miran nuestros seres aterrorizados a los que han truncado su paz, y éstos les responden con disparos, todos certeros y mortales.
Caen los cuerpos de quienes intentan huir y los de quienes no lo intentan. Unos dan la vida por otros recibiendo las balas destinadas a un amigo, un compañero.
Pero todos mueren, todos yacen sobre unos densos charcos de roja y densa sangre.
Acaban con todos los que allí esperaban, sin pestañear ni temblar, luego marchan, finalizada la matanza, por el mismo camino que les llevó allí, el camino que les mostró su dios, su guía, su invención.

La noche queda reducida, su belleza se oculta tras la fría apariencia de la muerte, la Luna se refleja en un artificial mar de sangre.
Aún se oyen los gritos en el eco, aún sus alientos se confunden en el aire…

Un grito de terror incontenible, lloro inconsolable, caen al suelo sin fuerzas quienes fueron a buscar leña, sus cuerpos temblorosos, miran uno a uno a sus antes compañeros de vida y desde ese momento compañeros de eternidad.

Se hace el silencio, más tarde sollozos entrecortados y repentinos gritos de dolor. Miran a un lado y a otro, intentando encontrar algo que les ayude a explicarse lo sucedido, paro todo sigue como antes, tan perfectamente como antes, casi todo.
Se miran, fijan sus pupilas el uno en el otro, están ahí solos, un frío les invade el cuerpo, se abrazan, pero el calor que se dan no es suficiente, nada lo es, para hacer desaparecer el terrible frío que les ha congelado el alma.

¿Qué hacer cuando todo te es arrebatado?


15 comentarios:

Elendaewen dijo...

Levantar la cabeza, hacer el corazón de piedra por un tiempo, y seguir adelante...

ardielzaya dijo...

Este es el post q yo decía... =)

el corazón de piedra? mmmm no se... a nadie le gusta sufrir porque si pero... creo que no debemos cerrarnos a la vida y si aprender a ir eligiendo lo que merece o no la pena... dejar el corazón abierto y dejar que nos arranquen pequeños trocitos de él (han leido la historia de "el corazón perfecto"? ... a ver si la encuentro y la cuelgo por ahí...) en definitiva... vivir... acostumbrarnos a vivir, a empezar de nuevo, y cuesta...creeme que cuesta, pero se hace, se sigue adelante, con mas fuerza, con firmeza, con la experiencia del pasado afrontando el presente y no reviviendo el pasado de forma presente...

hoy me he levantado positivo, la noche de ayer me dio mucha fuerza, muchas ganas de seguir afrontando la vida a mi manera, dejando el pasado solamente como recuerdos y viviendo HOY, AQUÍ y AHORA...

besos! =)

Anónimo dijo...

Este es el que yo quería!!! :)

Seguir caminando, aún con el alma congelada. Porque el tiempo se encarga siempre, de aminorar el dolor. Siempre.

Me ha gustado muchisimo Seleka. Está escrito de maravilla y consigues trasmitir la angustia del momento.

No me ves pero me estoy quitando el sombrero. :)

Insanity dijo...

Tal vez no soltarse de ese abrazo.
Un texto que duele.
Hermoso. Felicitaciones.

Alfredito dijo...

Levantarse y seguir.
Un abrazo.

Bruno dijo...

Recordar la felicidad, no con añoranza sino con orgullo, de esos momentos en los que no faltaba nada, y como muy bien han dicho... vivir. Seguir andando, o corriendo, o paseando, no importa tanto el modo como el hecho de seguir hacia delante, de vivir.

Me encanta entrar en este blog y ver que cada nuevo post me inspira tantos o más sentimientos que el anterior. De nuevo, felicidades. ;)

Anónimo dijo...

Mientras no te arrebaten lo más valioso, que es la vida, aún se puede crear el calor, incluso uniendo dos cuerpos fríos.

Elendaewen dijo...

=) Aclaración: corazón de piedra para el momento, nunca para siempre. Si te encojes ante el dolor, permanecerá más tiempo. Por supuesto, nunca cerrarse a lo nuevo que pueda llenarte y te devuelvan pedacitos...

..."en los que convertiste a mi colchón" como dijo Garriga en Abril.

PD: Zaya, me alegra leerte positivo!! compartiendo la sonrisa =D

Anónimo dijo...

Seguir caminando aún con los ojos y el alma triste...Pero los pasos irán curándose y aliviándose. Quedarse anclado no soluciona nada.

Besos

Indiana Blog dijo...

Hoy estoy habil para las citas, Manuel Cuesta dice en una de sus canciones:
"Ay amor mio,
salvese quien pueda,
nadie conoce a nadie
en esta comedia.
Agarrate fuerte a mi
y dime al oido
que no todo está perdido".
Saberse acompañado, con un abrazo, con una mano que te ayuda a levantarte, una mirada amiga que produzca el deshielo para seguir caminando.
Magnifico Seleka, un saludo

Elena Martín dijo...

Gracias a tod@s.
Seguir adelante es también la respuesta que yo elijo .
Con la fuerza que da el calor de otra persona, agarrada de la mano que se nos tiende, pero sobre todo, dando pasos fuertes y decididos cuyo sonido marque el ritmo de la canción que nos guíe hacia el nuevo amanecer que llegará...seguro.
Besos y abrazos

Anónimo dijo...

Lo normal sería decir, seguir adelante y en verdad eso es lo que se hace. Pero la cosa varia dependiendo del espíritu de cada cual. A veces el más fuerte antes es el que menos levanta cabeza y el que antes parecia apocado, ante la adversidad sale triunfante.

Como suelo decir todo depende del momento y el ánimo.

Un abrazo y ojalá jamás nos encontremos desamparados.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho. es misterioso y angustiante. Tiene un no se qué de críptico. Da la sensación de que sabemos algo que el resto no sabemos...
En fín. Muy bueno... y en cuanto a los dos supervivientes: no les queda otra cosa que apoyarse el uno en el otro y seguir viviendo. Como hacemos todos cada día.
Un besillo.
chicomalo3772 (www.blogs.ya.com/gotasdelluvia)

Anónimo dijo...

No podemos dejar que nuestro corazón se hiele porque el mundo dejaría de existir. Hay que calentar el corazón con buenas historias como esta.
Terrorífica, bella historia
Un abrazo

Alfredito dijo...

En mi blog he escrito cosas de mis abuelos, sobre todo de mi abuelo. Y me gusta comprobar que mi abuelo fue el mejor de los abuelos para mí, pero que otros también tuvieron la suerte de tener al mejor de los abuelos.
Mi abuelo también hacía cachabas. las hacía de todo tipo. Aún guardo una con pinchos que si la cuelgo de la pared es una obra de arte contemporáneo.
En la casa de mis abuelos, ahora vacía, flotan aún sus palabras, sus ecos. Y huele a ellos.
Yo sueño a menudo con mi abuelo y se me aparece siempre sentado a los pies de mi cama, y lloro en sueños.
Besitos.