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miércoles, 5 de octubre de 2011

como si nada...


...hubiese pasado se encuentran nuestras miradas nuevamente en esta habitación que envejece con nosotros, nos miramos como ayer, como antes de todo, como después de nada... buscamos un gesto, indagamos, escudriñando entre palabras que no dicen nada y encontrando nada sentimos que el dolor en el pecho aumenta por instantes, siento que es como un certero golpe seco en este corazón vacío... llevábamos tanto tiempo esperando que no llegase este momento, pero en la espera se nos olvidó planear un estrategia efectiva, nunca fue nuestro fuerte la gestión del tiempo, hemos caído en la cuenta tarde y ya no hay forma de enmendarlo... los motivos, los hechos, las consecuencias, los remordimientos y las redenciones son cuestiones que de tanto discutirlas se han convertido en conceptos absurdos, ilógicos, tanto, que perdieron su significado real... me pongo en tu lugar y tú intentas hacerte un hueco en el mio, pero como si de un moderno colchón se tratase tu movimiento no afecta al mio y el mio te pasa inadvertido, algo de empatía lucha por hacer su aparición en esta escena que sin ser muda no expresa nada, esta incomodidad nos roba tanto el oxígeno que de repente ambos suspiramos, y por un instante compartimos de nuevo algo...

8 comentarios:

giovanni dijo...

Me gusta como termina el relato y creo que es muy real. Se pueden hacer esfuerzos sin lograr lo que buscan. A veces se debe a la forma de la comuncación, otras veces del contenido.

Besos

giovanni dijo...

...AL contenido.

Me gusta la imagen de una habitación que envejece... y ese 'algo de empatía lucha por hacer su aparición'.

Elena Martín dijo...

gracias Giovanni,
tienes razón, los esfuerzos por desgracia no son siempre suficientes...

besos

David Cotos dijo...

que importante es la palabra compartir en estos tiempos.

Pepe dijo...

Extrañamente hermoso, no?
Esta ese algo en común, ese medio santo que no vuelve a unir con el otro a veces cuando parece que no queda nada.
Pienso, cada tanto, que somos demasiado pretenciosos con el amor, y en la medida que lo pretendemos nos cuesta muco disfrutar de lo que quien está al lado es. Me encantaría poder aprender a disfrutar de esos brevísimos lapsos de estado de gracias sin pretender que sucedan todo el tiempo, aprender a mar tal vez.

Me encantó tu texto =)

te dejo un abrazo gande!

Elena Martín dijo...

Sí David, en estos tiempo de individualidades absurdas es más importante que nunca saber compartir, escuchar...

Elena Martín dijo...

Pepe, no dejará de sorprenderme que un mismo texto pueda tener tantas lecturas posibles. Gracias y un abrazo también para ti.

David Cotos dijo...

como tú dices: "más importante que nunca saber compartir, escuchar..."

Pd: Gracias por tus palabras en el blog.