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miércoles, 11 de junio de 2014

amor en reserva

¿alguna vez has pensado qué sucede cuando el amor no se entrega?

seguramente la cuestión se ha planteado antes, puede que incluso haya teorías al respecto,
yo desde la ignorancia, desde el desconocimiento voluntario, desde las ganas de abstraerme de este mundo de información que nos ha hecho olvidar qué es discutir, hacer hipótesis, crear, imaginar, este mundo de las nuevas tecnologías que todo lo consulta en google, yo, me planteo esta pregunta, retórica claro, pero que suscita en mí numerosas preguntas más...

puede que el amor que no se entrega quede en una oficina de correos de esas a las que vamos con desgana tras recibir una aviso impersonal en el frío buzón metálico de nuestros hogares, esas oficinas con minuteros enormes que marcan un ritmo isoportable, irritante, esas oficinas con hojas de reclamación insuficientes...

puede que se quede a medio camino entre el corazón y los brazos, entre el corazon y los labios, entre el corazón y las miradas brillantes que sólo el amor consigue que nazcan...sin saber si ir o volver, con miedo a salir por si hace frío y a volver por si pasa al olvido de una mente asustada...

el amor que no se entrega puede ser que permanezca en la sala de espera, ojeando revistas del corazón, que hablan de historias de otros amores que sí se aventuraron, que tuvieron un desenlace feliz o un fin previsible para todos menos para los protagonistas...

el amor que no se entrega puede que no esté bien cocinado, que necesite descongelación previa y esté dando vueltas en un viejo microondas, mirando la puerta, ahora lejos, ahora cerca...


¿dónde crees que está el amor que no se entrega?



3 comentarios:

giovanni dijo...

flota en el aire.

un abrazo

Unknown dijo...

El amor que no se entrega efectivamente flota, se queda volando entre el corazón y las cejas, recordándonos que está ahí porque vimos algo bello.

Elena Martín dijo...

flota y nos sobrevuela, tanto amor sin dueño deseando posarse, reposar...
gracias a Giovanni por seguir visitándome y a ti Yolanda por compartir tu tiempo y tus palabras...